You're The Boss [Robin Locksley]

n el poco tiempo que llevaba como trabajador en Granny´s Lance había hecho un esfuerzo por comportarse, robaba solo restos ya descartados por los clientes, solo había ido con una cliente al baño y lo más dificil, había procurado no salir mucho de parranda las noches de semana para así poder llegar en buenas condiciones al trabajo. Trabajar para Granny's tenía varios beneficios, como el poder desayunar allá y las buenas propinas que se podían conseguir pues la clientela habitual solía ser bastante generosa. Además no era un trabajo que requiriera algún título o que le trataran mal, era compatible con sus otras actividades y tenía algo de dinero fijo al cual recurrir, toda una novedad en la vida de Parker a quien los empleos le duraban tan poco como la sobriedad.

a noche anterior había decidido volver a The rabbit hole, lugar donde solía estar vetado, pero esa mañana en Granny's había conocido a una chica bastante tímida, un par de miradas y una sonrisa le habían bastado para sacarle a la tonta cincuenta dolares en propina y su número telefónico, sin perder tiempo la invitó a salir aquella noche con un objetivo claro, desplumarla cuanto pudiera y beber como bestia a costa de su billetera, y dios si que lo había logrado. No tenía preocupación por The rabbit Hole, había hecho cosas peores y logrado regresar, pero su trabajo era otra cosa diferente y ahora pedaleaba a todo lo que daba con tal de llegar... no tan tarde... no mucho más tarde.

abía despertado con el sonido de la alarma, lo recordaba, también recordaba haber aventado el despertador de un manotazo y despertar a lo menos una hora después con un dolor de cabeza épico. tardó unos minutos en darse cuenta de la situación en la que estaba, se sentía pésimo aunque de cierta forma extrañamente familiar con ello. Cogió todas las aspirinas que pudo echarse a la boca, quizas esa auto-medicación no habría sido tan nefasta si no hubiese acabado por bebérselas con los restos de vodka de la primera botella que encontró en el lugar. Se bañó lo más rápido que pudo a su vez que cepillaba sus dientes, luego busco sus mentas y se hecho a la boca media caja y tras vestirse con una polera que había usado hacía unos días, pero no parecía tan descuidada como la del día anterior, fue a donde estaba su bicicleta y apresuro su pedaleo hacia su trabajo.

ntró al local por la puerta trasera, con la mirada baja y el sigilo que se esperaría de un ratero y no de un dependiente que llegaba a laborar. Miró su celular para comprobar que llegaba dos horas tarde, el local habría comenzado a funcionar hace una hora y media lo que hacía que las probabilidades de que no hubiesen notado su ausencia eran cero, quizas el señor en los cielos se compadecería de su persona y le otorgaría un pequeño milagro, que su jefe también se hubiera quedado dormido o que su esposa hubiera sufrido un choque, un ataque o algo que desviara la atención de su persona. ¿Era demasiado pedir?

ance no era un hombre de mucha televisión, nunca veía las noticias o programas actuales, pero si le gustaban películas y series de peleas, guerra o detectives, en especial las antiguas. Y en aquellos momentos mientras se escabullía tratando de lograr una verdadera misión imposible no podía sino sentirse dentro de una de esas series que lograba ver cuando pequeño, desacatando las ordenes de su padre. Pero la película formulada por su mente acabo en plena introducción, su jefe apareció de la nada poniéndose justo frente a él dedicándole unas palabras con un tono de voz que le era bastante familiar y que bien le parecieron una sentencia.

u mente se debatía entre inventar alguna excusa e imaginar que haría cuando le dieran una patada en el trasero en el trabajo... de nuevo. Cuando llegó la pregunta supo que era su oportunidad, cruzó por su mente decir algo sobre sus padres o abuelos, pero fácilmente sabría que era una mentira pues todos estaban muertos hacía muchos años. - El despertador. - Fue lo segundo que cruzara su mente y lo que termino por decir. - El despertador no sonó. - Era una mentira, pero al menos una que era simple y creíble... lo peor que podía hacer era inventar alguna excusa disparatada y no había mucha diferencia entre que no sonara y que dejara de sonar por haberlo golpeado, bien podría achacarse la diferencia al haber estado somnoliento.

izo lo imposible por mantener el contacto visual, sabía que era un gesto que apoyaría inconscientemente la veracidad de sus palabras, llego a sentir como se formaba una perla de sudor en su frente mientras esperaba a ver si su jefe se había tragado aquella excusa. Sin embargo la respuesta de Robin Locksley no dejo entrever si había creído o no sus palabras, tan solo las había dejado pasar de una forma cortés y amable... lo cual por algún motivo le perturbo de mayor manera que si le hubiese gritado un "You're fired" a lo Donald Trump. - Si, en seguida. - Dijo saliendo del campo de tiro lo más rápido que pudo, era dificil de asumir que tras semejante falta lo único que le impusiera de castigo era ir a sacar la basura, no solo eso sino que le permitía ir a desayunar y por el café que tanta falta le hacía, quizas esas palabras dejaban entrever que no le había creído pero eso no le parecía muy posible, nadie podía ser tan bueno.

uviera o no su jefe otras intenciones, Lance fue a la cocina y comenzó a mover la basura tal como le habían mandado, luego de eso fue a lavarse las manos y la cara para acabar rumbo a la cocina a por café y algo para comer, bastante diferente del panorama que imaginara mientras volaba en su bicicleta para llegar a trabajar. Todavía quedaban bastantes cosas del desayuno que ofrecían en Granny´s, calentó unos huevos con jamón y puso a tostar un pan mientras se sentaba un segundo y por primera vez se daba cuenta de lo demacrado que estaba, la pelea del día anterior, la celebración, el mal despertar y la carrera en bicicleta, Lance tenía muy buen estado físico pero parecía que su forma de vida comenzaba a darle la cuenta.